Un cuaderno para sostenerte en los días difíciles
No todos los días son fáciles. Hay momentos en los que el mundo pesa más de lo que podemos sostener. Este cuaderno nació para acompañarte justo ahí, en esos instantes en los que te cuesta levantarte, escucharte o simplemente seguir.
“Cuando el mundo me pesa” no es un libro que pretende enseñarte nada. Es un espacio que te abraza. Un lugar donde tus emociones caben sin filtro. Una herramienta suave para ayudarte a transitar los días grises con un poco más de amabilidad hacia ti.
Este cuaderno no está hecho para cambiarte. Está hecho para sostenerte.
Con un enfoque cálido, pausado y terapéutico, propone 30 ejercicios de escritura emocional cuidadosamente diseñados para ayudarte a:
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Nombrar lo que sientes sin juicio.
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Vaciar la mente cuando todo se acumula dentro.
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Reconectar con lo que sí está, aunque duela.
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Recordarte que incluso en el caos, tú importas.
Cada ejercicio se presenta con una pequeña introducción que te guía con delicadeza, seguida de una hoja donde puedes escribir libremente, con espacio de sobra para lo que necesites volcar. No hay normas, no hay censura. Solo la oportunidad de mirarte sin miedo.
Este libro-cuaderno es ideal para quienes:
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Viven con ansiedad, tristeza o fatiga emocional.
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Están atravesando una etapa de duelo, ruptura o crisis personal.
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Necesitan un ritual diario para liberar emociones contenidas.
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Quieren empezar a escribir como herramienta de autocuidado.
También es una excelente herramienta complementaria para terapeutas, profesionales del acompañamiento emocional o espacios de grupo. Y sobre todo, es un recurso íntimo para tener siempre a mano, como quien guarda un pañuelo suave en el bolsillo.
“Cuando el mundo me pesa” está pensado para que lo uses a tu ritmo. No es necesario completarlo en un mes. Puedes abrirlo solo cuando lo necesites, repetir ejercicios, escribir a lápiz o incluso dejarlo abierto en la mesita como recordatorio silencioso de que mereces tu propia escucha.
Porque cuidarte no siempre es hacer más. A veces es simplemente parar y escribir.
Este cuaderno no tiene la pretensión de solucionarte nada. Pero puede ser el primer gesto de ternura contigo misma cuando todo te supera. Un lugar para llorar sin explicación, para preguntarte sin culpa y para empezar —desde lo mínimo— a volver a ti.
Cuando el mundo pese demasiado, que este cuaderno te recuerde que no estás solo o sola.